Clases sociales en el Ecuador
La clase obrera es la clase más permeable a las ideas
revolucionarias, tiene mayor facilidad y condiciones para desarrollar
conciencia, logrando el salto cualitativo de “clase en sí en clase para
sí”, siempre y cuando medie la incidencia del partido del proletariado.
Clases oprimidas
La incontenible concentración de riqueza en manos de la
burguesía, de manera especial, de la gran burguesía, ha profundizado la
brecha entre un minúsculo grupo de familias que detenta el poder
económico y político, por un lado y, los pueblos del Ecuador, por otro.
En estas circunstancias, se ha constituido una pirámide social en cuya
base se encuentran las masas populares, los trabajadores de la ciudad y
del campo, las nacionalidades y etnias oprimidas, mestizos, indios y
negros, cuyo trabajo genera la riqueza y es el sustento de la vida
económica del país. Pero, además, los pueblos del Ecuador son los
protagonistas de los cambios ocurridos tanto en el ámbito del desarrollo
de las fuerzas productivas como en la superestructura social y política
del país.
La clase obrera, el semiproletariado y la pequeño burguesía con sus diversas capas forman parte de las clases oprimidas.
La clase obrera:
Clase obrera es una expresión genérica que, conforme lo
establece nuestro Partido en su Línea Política, incorpora al
“proletariado industrial, los trabajadores de las empresas mineras, los
asalariados agrícolas, los trabajadores públicos, los obreros de la
construcción y de servicios, los de las empresas capitalistas de
comercio y por los demás trabajadores manuales bajo el régimen de
salario”.
El proletariado propiamente dicho, está vinculado a las
formas más avanzadas de producción, en contacto con las innovaciones
tecnológicas, lo que le exige una mejor calificación profesional. Si a
esto sumamos la disciplina que impone la empresa capitalista y la
facilidad con la que puede identificar no solo la explotación a la que
es sometido sino también quién le explota, con nombre y apellido,
constituyen factores que convierten al proletariado industrial en la
clase más permeable a las ideas revolucionarias, tiene mayor facilidad
para desarrollar conciencia, logrando el salto cualitativo de “clase en
sí en clase para sí”, de mediar la incidencia del partido del
proletariado.
Los asalariados agrícolas viven de la venta de su fuerza
de trabajo en las grandes plantaciones bananeras, florícolas y otros
productos de exportación, principalmente. No tienen trabajo estable, lo
que le obliga a tener una vida nómada por las diversas unidades
productivas; reciben salarios de miseria y carecen de derechos sociales.
Una viva experiencia es la sobreexplotación del asalariado en las
bananeras, en donde apenas el 1% estaría organizado, mientras, por
ambigüedades en la legislación laboral se ha “legitimado” la existencia
de trabajadores considerados, en forma permanente, como “eventuales”;
todo esto constituyen elementos de ventaja para los grandes productores y
exportadores de la fruta frente a la competencia que mantienen con
países como Colombia, Panamá, Guatemala, en donde los niveles de
sindicalización son altos. Por lo señalado, los asalariados agrícolas
son abiertos a las tesis revolucionarias.
Los trabajadores de las empresas de servicios públicos y
otras empresas del Estado, forman parte de la clase obrera; es un
sector que sufre los efectos de una sistemática campaña de desprestigio y
una arremetida contra sus derechos, inscritas dentro de los objetivos
de la política neoliberal; para ello sirven aislados ejemplos de algunos
burócratas sindicales que han hecho de su labor un modus vivendi para
sacar provecho personal. En este importante sector se ha logrado
desarrollar conciencia sobre la defensa de la soberanía y patrimonio del
Estado y en contra de las privatizaciones.
Muchos obreros que trabajan en las ciudades provienen
del campo, en especial, los que trabajan en la industria de la
construcción. Tampoco gozan de estabilidad y derechos laborales.
En general, pese a la ofensiva neoliberal para
incrementar la explotación capitalista, coartando la organización
sindical, el derecho a la huelga, imponiendo la flexibilización y
tercerización laboral; pese a la incidencia de la socialdemocracia y el
oportunismo en un segmento de la clase obrera organizada; se desarrolla
una corriente del sindicalismo revolucionario expresada en la UGTE que
inscribe su acción en la lucha contra el neoliberalismo y dominación
imperialista e insufla en la clase obrera la doctrina del marxismo
leninismo.
Escrito por: Amargado social. Mas bien le sugiero que se ponga a trabajar en algo productivo y provechoso que estar divagando en la típica ideología del vago que no sabe que hacer de su vida.
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